Los Miserables

Hoy, jueves 13 de diciembre, un amigo mio tiene un juicio, consecuencia de una demanda que el mismo promovió contra su antigua empresa, una conocida cadena de tiendas de fotografía.
Mi amigo alega, que además de echarle mientras estaba de vacaciones, algo tristemente habitual hoy en dia, le pagaron el mínimo que prevee la ley según la nueva reforma laboral. Si, si. Esta maravillosa reforma laboral que nos ha dejado, muy amablemente, este gobierno que tenemos del PP y que no nos lo merecemos (bien, en realidad se lo merecen los que los han votado).
Para pagar el mínimo que prevee la ley, esta empresa ha aludido pérdidas, con lo que le han pagado 20 dias por año trabajado. Eso si, en ningún momento la empresa ha justificado tales pérdidas, y esa es la causa por la que estan en juicio.
Lo único que pide mi amigo es que su antigua empresa demuestre esas pérdidas con números. Pérdidas que, en teoria, justifican que la empresa eche a la gente pagando cuatro duros.
Si la empresa, realmente ha tenido 3 años de pérdidas, como alegan ellos, mi amigo se dará por satisfecho.
Pero eso si, todo el mundo sabrá que esa graaaaaann cadena de comercios de fotografía esta con el agua al cuello, pero bueno, esa es otra historia. Y bastante sórdida, por cierto.
Otra cosa es cierta: si todos los trabajadores hicieran como mi amigo, ni tendriamos los millones de parados que tenemos ni esta reforma laboral se hubiera llevado a cabo.
Eso me lleva al segundo tema de este artículo: las tasas de la justicia. Con estas tasas el gobierno del PP pretende evitarse esta avalancha de denuncias que la situación actual puede provocar. Es una jugada muy bien calculada: provocar a los trabajadores con despidos baratos para que denuncien y despues sacar partido de esta situación.
Me hubiera gustado ver la cara de muchos trabajadores que han votado al PP (circunstancia muy habitual, por desgracia), a los que han echado, o echarán por cuatro duros, y encima, no podrán defender sus derechos ante un juzgado porque les van a cobrar un riñón.
Seguro que se les queda cara de gilipollas, que es lo que son. Eso si, de buen rollito.
Lo más seguro, es que estos PPeros frustrados acaben pidiendo un préstamo a un banco para pagar las tasas para ejercer su derecho a la justicia. Así, de rebote, también beneficiarán a los bancos que sin los segundos ganadores de esta estrategia. Gilipollas al cuadrado.

P.D.: Mi amigo me ha llamado: no han ido ni a juicio. Han hecho una conciliación y le pagarán una suma extra de dinero. Aunque eso no es lo que queria mi amigo yo le he dicho, de lo perdido saca lo que puedas.
Pandilla de miserables (excluyendo a mi amigo, por supuesto).